La Patagonia chilena

Nuestro primer contacto con Chile no pudo ser mejor, las torres del Paine. Para disfrutar del parque en condiciones decidimos hacer el circuito W, un trekking de 5 días para recorrer el parque que termina en una subida al mismo pie de las torres. Y quitando algo de lluvia y un viento que te tumbaba, que aquí están a la orden del día, el paseo es impresionante: el glaciar grey, los cuerno, el valle francés y las torres.

Viento serio a la llegada a las Torres del Paine

Viento serio a la llegada a las Torres del Paine



El valle del Paine

El valle del Paine



Las torres del Paine

Las torres del Paine


De aquí subimos por Argentina y volvimos a cruzar a Chile para empezar el recorrido de la carretera austral, el camino que conecta las partes más remotas de Chile, un recorrido increíble.
Empezamos en Puerto Tranquilo y para responder a la típica pregunta en la ruta “¿Vais subiendo o bajando?” Nosotros íbamos subiendo :).
En Tranquilo visitamos las catedrales de mármol, unos bloques de mármol erosionado por el agua del lago hasta formar una cuevas curiosísimas que son un espectáculo con reflejos del sol en el agua.

La catedral de Mármol

La catedral de Mármol


Desde ahí también se puede llegar a los campos de hielo chilenos, la fiesta del glaciar, aunque el clima no nos dejó ir a verlo :(.
La siguiente parada era Puyuhuapi, un asentamiento alemán del 1935 al final de un fiordo, rodeado de montañas y ventisqueros.

Vista del fiordo Puyuhuapi

Vista del fiordo Puyuhuapi


Lo instante de la zona es patear el parque Queulat para ver el ventisquero colgante. No queda claro la diferencia entre glaciar y ventisquero, que si uno toca el agua, que si el otro no… yo que sé! el caso es que aquí después de estar una horita larga subiendo por un bosque que más parece una selva te encuentras con un glaciar colgando de una pared, y el espectáculo de selva, glaciar y crujidos del hielo no tiene desperdicio.

Parque Queulat

Parque Queulat



El ventisquero colgante

El ventisquero colgante


Aprovechando el fiordo y que hacía un solazo perfecto nos fuimos a hacer kayak y para redondear el día nos cruzamos con unos delfines muy pequeñines llamados toninas. 👍👍
Con un poco de aventura de más (el transporte en lugares remotos no es de fiar 😠) llegamos a Futaleufu, pueblo que se llama como el río, río que es uno de los más famosos por sus rápidos, rápidos que pensábamos bajar haciendo rafting 😆.
Yo no había hecho rafting en mi vida, pero si lo vas ha hacer, pues lo haces bien: 10km., 11 rápidos, dos de grado 5 y seis de grados 4 y 4+ (por lo visto grado 5 es lo máximo navegable 😱). ¡Esta es de las cosas más divertidas que he hecho en mi vida! si no lo habéis hecho debéis solucionar esto ¡¡cuanto antes!! Que risión, que subidón de adrenalina y que mojadura ¡claro! Y como la flipada que soy ya estoy buscado el próximo río ¡Jajaja!
Y hasta aquí el excursionismo austral, que hay que ir subiendo hacia Santiago ¡¡¡que por fin tenemos billetes para la isla de Pascua!!! Pero no adelantemos acontecimientos, que quedan islas, volcanes y alguna cosa más entre medias…

One response to “La Patagonia chilena

  1. Pingback: La Patagonia argentina | One year nomads·

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