Llegamos a Santiago tres días antes de volar a la isla de Pascua, y la verdad no os puedo contar mucho, por que yo tenía la cabeza 100% con los mohais, pero bueno, alguna cosa hicimos claro!
De lo más destacable pues ir a cenar con la familia búlgara, que estaban a punto de terminar su viaje y había que despedirse.
Santiago es, en general, una ciudad grande con las típicas cosas de ciudad grande: mucha gente, muchos coches y entre medias un par de barrios entretenidos y bonitos edificios.
En uno de ellos están los mercados de pescado y verduras, donde te puedes perder (literalmente) por el tamaño. A destacar aquí el puente de cal y canto… por nada en especial, pero el nombre tiene gracia 🙂
Otra cosa recomendable es el cerro de San Cristóbal, una montañita en medio de la ciudad, que deja unas vistas espectaculares de la ciudad al atardecer y en la que nos encontramos con esta amiga.
Y que os voy a decir, seguro que había más cosas… pero yo estaba distraída, jajaja!
Blanca por el mundo
Cuán preciosas fotos!
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